La impulsividad es uno de los rasgos de la personalidad, que a pesar de que en ocasiones es adaptativa, en otros casos comporta alteraciones en la conducta que conllevan repercusiones sociales. Esta situación genera que las personas que lo padecen se involucren en conductas violentas, agresivas y con comportamientos descontrolados.
El DSM-5, de la American Psychiatric Association, ha intentado aglutinar criterios en su conjunto en detrimento de categorías individuales cuya característica fundamental son los problemas de comportamiento que conlleva problemas ante las normas dada su persistencia y deterioro que provocan determinadas conductas.
Índice
Cambios de capítulos del DSM – 5
Este nuevo bloque de trastornos aparece de forma separada en el DSM-5 y aúna los trastornos que antes eran incluidos en el capítulo “Otros trastornos de la infancia, niñez y adolescencia” y en la categoría residual del capítulo “Trastornos del control de impulsos no especificados”.
Esta separación UNIFICA comportamientos que generan graves problemas en el entorno siendo motivo de gran relevancia en las exploraciones forenses.
Características comunes de estos trastornos
Todos estos trastornos se caracterizan por problemas en el autocontrol emocional y conductual.
Debido a su cercana relación con los trastornos de conducta, el trastorno de personalidad antisocial, está incluido en este capítulo y en el de los trastornos de personalidad.
Exclusión del TDAH y el trastorno de espectro autista
El TDAH (Trastorno déficit atención e hiperactividad) queda excluido de este capítulo y está incluido dentro de los trastornos del neurodesarrollo. La nueva clasificación permite el diagnóstico de comorbilidad con el trastorno del espectro autista. Ambos trastornos pueden ser diagnosticados conjuntamente de modo que se orienta a que el tratamiento aplicable sea más eficaz al tratar tanto el espectro autista como las consecuencias que se derivan del mismo.
El trastorno de personalidad antisocial
El trastorno antisocial de la personalidad debido a su estrecha correlación con los trastornos de conducta queda englobado tanto en este capítulo como en el bloque de los trastornos de personalidad.
La impulsividad ha sido un rasgo común en este tipo de trastornos por lo con las cambios introducidos en el DSM-5 se permite su clasificación como categorial o como dimensional, al admitir la posibilidad de codificarlo en el nuevo grupo de creación de trastornos disruptivos, de control de impulsos y de conducta.
Trastornos que engloban en el nuevo capítulo
Dentro de este nuevo capítulo del DSM-5 se engloba el trastorno negativista desafiante, trastorno explosivo intermitente, trastorno de conducta, trastorno de personalidad antisocial, piromanía, cleptomanía, así como otro epígrafe que engloban específicos o no especificados.
Relevancia de estas modificaciones en las valoraciones forenses
La mayor relevancia en el ámbito de evaluación forense son los criterios para el trastorno oposicionista desafiantes que agrupa tres tipos: enfado-irritabilidad, discusiones- actitud desafiante y vengativo, eliminando el criterio de exclusión para el trastorno de conducta.
Otra modificación relevante en el ámbito forense se da en el trastorno explosivo intermitente, donde anteriormente el DSM-IV requería la agresión física, mientras que el DSM-5 también señala la agresión verbal y la agresión física no disruptiva o no dañina. Este epígrafe requiere la edad mínima de 6 años o un nivel de desarrollo equivalente.